Tu y Jacob Black
 
  Novela de tu y Jacob
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Capitulo IV

Capitulo 4:"Sólo quería probar"


    Me quedé callada después de hablar unas cuantas cosas con Edward, en el parque de Forks. Las nubes estaban que sacaban las gotas que contenían en ellas, ya que estaban horriblemente negras.
    Me sentía algo incomoda, al estar al lado de una persona tan bella como Edward, pero no era eso lo que me atraía de él, sino que era su forma de ser; caballero, con muchas virtudes, y con una personalidad asombrosa.
    No lo quise mirar a la cara, por lo que giré mi cara hacia donde se encontraban unos niñitos.
Sentí, de momento, como la mano fría y dura de Edward, tocaba una de las mías. Por la sensación que causaba, temblé y enseguida me puse nerviosa, esperando a algo halagador y caballeroso, que venga de su parte.
    - Quiero que hagas algo por mi- me susurró Edward, al mismo tiempo que me volteé a verlo.
    Asentí con rapidez, al esperar la propuesta de Edward. De verdad me gustaba, ahora que lo pienso. Era algo que nunca había sentido en mi vida con nadie. Nunca las mariposas que, supuestamente se deben sentir cuando alguien te gusta, las había sentido. Hasta ahora.
    - Quiero que… Trates de volver con Jacob.
    Me quedé perpleja ante la petición de Edward. ¿Por qué me pasaba esto a mi? Yo juraba que me iba a decir que me quería, aun así sin conocerme mucho.
    Lo miré con recelo, esperando a que me dijera que su petición de verdad. Que me dijera que todo esto era una broma, y en ese momento me dé el beso que he estado pensando.
    - ¡No!- gritó Edward-. No puedes querer algo conmigo, porque tú amas a Jacob. Entiéndelo, él está sufriendo mucho por ti.
    Me paré de la banca, justo cuando él lo estaba haciendo. De pronto sus ojos se volvieron ácidos y, mas que nada, fríos. Sin ninguna expresión.
    - ¿Por qué no puedo querer nada contigo?- le pregunté con voz cortada, mirándolo con frialdad, imitando la misma expresión que él.
    - Porque… Jacob te ama, y tu también lo haces- miró a varias direcciones, antes de acercarse a mi y susurrarme algo al oído-. Prométeme que harás el esfuerzo que necesita para que ames a Jacob, como antes.
    Se fue de mi lado y se fue a donde se encontraba su vehiculo, el volvo. Todavía estaba paralizada en mi lugar, viendo como Edward desaparecía de la carretera.
    Era verdad lo que me estaba diciendo Edward. Había algo en mi interior que sentía una extraña sensación hacia él. Pero quería hacer el esfuerzo, y mas si Edward me lo pedía.
    Lo único de lo que estaba en ese momento, era que lo iba a hacer… , pero si no lo lograba, iba a caer a los pies de Edward… e iba a tratar que él haga lo mismo. No puedo dudar, que esa era la opción que mas me gustaba.

***


    Llegué a mi casa, tipo cuatro de la tarde. Mi mamá obviamente estaba furiosa por mi tardanza, pero mas se enojó porque en ese rato, tenia hora al doctor… que bueno que no fui, porque estaba simplemente harta de ir.
    - ¿Se puede saber que es lo tan importante que fuiste a hacer a la ciudad?- inquirió mi madre, mientras lavaba los platos del almuerzo.
    - Solo… estaba viendo si, con ir a la ciudad, podría reconocerla y acordarme.
    Parecía que mi mamá no me había creído, pero no importaba, estaba mas pendiente de otras cosas.
Me volteé, dando mi dirección directa hacia mi habitación.  Ahora tenia la intención de llamar a Jacob. Tenia en mente lo que me acababa de decir Edward. Marqué el numero con rapidez, pero en cuanto comenzó a marcar, colgué de inmediato. Tenía un poco de miedo hablar con él, pero lo que más me daba miedo, era que me hable cosas negativas de   Edward, haciendo que él, quede cómo un completo patán.  Estaba claro que él lo odiaba, bueno era igual con todos los que me visitaban. Con Roy fue lo mismo, pero estaba claro que entre nosotros no pasaba nada normal, por eso se fue de inmediato al día siguiente al que me visitó. Eso fue un alivio, ya que no quería estar cerca de él, había algo que no me agradaba de él ahora.
    Marqué de nuevo al celular, pero esta vez no lo corté. Esperé con cierto nerviosismo a que me contesté, pero al fin de unos cuantos segundos, me contestó.
    - ¿Hola?
    - Hola Jacob, habla __(TN).
    Se quedó callado por un momento. No sabía que decirme, eso era obvio, pero en cuanto pasó mas de lo normal que debería pasar, me preocupé un poco.
    - Bueno- proseguí-, ¿cómo estás? Tuve un poco de nostalgia al final de nuestra conversación, por eso quería salir contigo hoy día… Si es que quieres, obvio.
    - ¡Si! Digo, ¿por qué no?- me dijo-. Ah… Tengo una fiesta hoy día, es la fiesta de cumpleaños de Bella.
    No le dije nada. Es que la verdad me sentía mal de interrumpir algo como esto. No podía decirle que no vaya, y dejar que esa chica se quede sin un invitado.
    No sabía se Bella la conocía o ella a mi, pero me daba igual, solo quería compartir un pequeño rato con Jacob, pero si él no quería, no lo iba a hacer.
    - ¡Pero no te preocupes! Puedo decirle que te invite, de todos modos, tu eras su amiga, ¿no?- me insistió Jacob.
    - Mm… es que la verdad no lo sé. No me acuerdo de nada de ella. Recuerda que he perdido mi memoria, no sé si sea una muy buena idea que yo…
    - No enserio no te preocupes, estoy seguro de que ella te va a dejar que vayas, no es de esas personas que son egoístas. Por favor vamos.
    Solo quedé pensando en lo que me había pedido Edward, por lo que no pude dudarlo mas.
    Quedé en silencio, pensando como decirle que no quería ir, ya que sólo tenia la idea de poder estar con Jacob y si no estaba con él a solas, como era la idea al principio, no lo iba a hacer.
    - Jacob…
    - Voy a llamar a Bella para decirle que vas.
    Y cortó. No sé lo que me dio mas rabia, que haya decido por mi o que Edward me obligué a esto.

***

    Me tomó la mano, antes de hacer su aparición en frente de todos los invitados, mientras que yo miraba por la ventana, esperando a que Jacob se decidiera a entrar.
    - Quiero que sepas que ellos no son normales…
    - Lo sé -le respondí cortante.
    Me miró con ojos llenos de miedo al ver mi respuesta, pero era la verdad. Ya sabia que era algo diferente Edward, por muchas cosas como: cuando leía mis pensamientos mucho antes de que yo le dijera una respuesta mía ante alguna solución, o el hecho de su figura física, como su piel, etc.
   - ¿Qué son? -le pregunté al cabo de varios segundos.
   Los dos nos quedamos mirando a la puerta principal, como sino tuviéramos hacia donde mirar.
   - No te lo voy a decir… Si no aceptas lo que soy, ¿cómo quieres que aceptes lo que toda esa familia es?
   No le dije nada, aparte de estar enojada con él, por el hecho de invitarme sola hacia la fiesta de esa tal Bella, no estaba dispuesta a que saque en cara las cosas que hice y a lo mejor no fueran verdad.
    Me tomó con fuerza la mano, abrimos la puerta y entramos en la gran sala de la casa, en donde se celebraba la gran fiesta. En medio de todo el salón, había una chica que resaltaba entre todas, tenía alrededor de unos veinte años o menos, pero se veía que era la chica del cumpleaños. Y de pronto, un chico muy guapo se acerca a ella, le da un beso en la frente y le toma la mano.
    Sentí como el fuego de la ira se encendía por dentro, como si algo mío, se pronto, se fuera yendo cada vez mas.
    - Ahí está Bella. Vamos -me dijo Jacob, al cabo de unos segundos.
    Los dos fuimos hacia donde estaba Bella con Edward en medio de todo el salón. 
    No quería ver a Edward de cerca, era como si una fuerte emoción de vergüenza estuviera en mí.
    Los dos llegamos con caras de interrogación, al ver la cara de Bella, pero en cuanto cambió su expresión, la de nosotros también.
    - ¡Que alegría verlos a ustedes juntos, otra vez! ____(TN), ¿Todavía te acuerdas de mí? -me preguntó Bella con algo de resentimiento.
    Se notaba que lo hacía a propósito, era como un gesto de burla, que no tomé mucho en cuenta. Meneé la cabeza, con fuerza, de lado a lado, esperando a que Edward dijera algo…, pero no.
    Estuvimos toda una hora los dos en donde estaba la comida. Era tan rica, según Jacob, que era necesaria comerla primero que dejarla para después. Me dí cuenta de que había varias personas como el estilo de ella y Edward: La piel pálida, sin color alguno, y sin muchas expresiones, y una belleza que, cada vez que las personas pasaban, se notaba que no podía superarse más.
    Pero sabía que no eran de un lugar de Europa, como era mi hipótesis al principio. Ellos eran una cosa que no era muy común en estas tierras, a lo mejor aquí si, ya que habían mucho, pero no en todos lados.
    Sentía esa necesidad de ir hacia donde se encontraba Edward, pero ¿Cómo es que podía irme de el lado de Jacob? El cual me protegía demasiado. No lo tenía muy claro. Pensé en Edward de inmediato, y sin mas rodeos, Edward ya estaba mirándome. Él podía leer mi mente y sin muchos problemas.
    -”¿Puedes leer mi mente?” -pensé al cabo de un segundo de mi suposición.
    La gente pasaba en frente de Edward y de su novia, pero no lo pude ver muy seguido, hasta que en un momento, nuestras miradas ya estaba conectadas.
    Edward especuló un movimiento asertivo, que se notaba en su cabeza. Poco a poco comenzó a mover, disimuladamente, su cabeza de arriba hacia abajo.
    La respiración se me hizo cada vez mas difícil al ver era verdad. Lo que hizo que muchas preguntas se contestaran.
    -”Quiero hablar contigo… es una simple curiosidad” -pensé de inmediato, sin querer perder su atención -. “¿Te parece que vamos un lugar mas privado?”
    De momento, vi como Edward le decía algo a su novia, Bella, y se iba de inmediato del gran salón. Miré con cierto recelo a Jacob, viendo como es que engullía una de los canapés que estaban en la mesa de aperitivos.
    -Mm.. Jacob, tengo que ir al baño. Voy a preguntarle a Bella donde se encuentra.
    -Zi, andra -me dijo Jacob, con la boca llena de canapés.
    Me fui rápida, pero, sigilosamente, hacia donde se había ido Edward. Me fui por una gran entrada en donde daba a un gran pasillo, que parecía que jamás tenía fin. Miré de un lado a otro, buscando a Edward, pero no apareció, hasta que sentí que algo estaba atrás mío, como una presencia muy fría.
    -¿Qué pasa? -me preguntó una voz.
    -Edward, quiero preguntarte…-le dije, dándome vuelta.
    -Si, espera… Aquí no.
    Miró detenidamente hacia varios lados, hasta que me tomó de la cintura y me llevó muy rápido hacia un lugar muy extraño. Ni siquiera me había dado cuenta de donde nos encontrábamos, ya que la velocidad de Edward fue mucho más que increíble. Hasta que por fin me di cuenta de que estábamos arriba de la casa, en el tejado.
    -Wow, por favor, a la siguiente vez que vayamos a algún lugar… yo lo elijo.
    Edward comenzó a reír como nunca antes lo había visto, con verdadera felicidad.
    Esa sensación de poder estar junto a él, se me hizo muy presente. Lo miraba con una sonrisa en el rostro, como era que podía hacerlo. Hasta que no lo resistí mas. 
    Lo miré con los ojos fijos en sus labios, lo tome de la cara y me acerqué de golpe para poder darle un beso. Choqué con sus duros y fríos labios, al cabo de dos segundos.




(sigue en el capitulo V)
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