Capitulo XIV: La última vez
Quedé petrificada, Edward estaba encima mío, mirándome, pero algo había pasado, algo ya era diferente, se separó de mi y se puso a un lado. Sus ojos ya no eran rojos intensos, lo percibí al instante del momento que se apartó. Me senté, un poco adolorida, y me fijé en la cara de Edward. Estaba demacrado, facciones llenas de pena. De pronto se volvió, empezó a balbucear, a decir cosas sin modular bien. Me miró y dijo:
-¿Qué es lo que ha pasado? De pronto todo se ha vuelto extraño. Estamos todos mas distantes. Yo sabía que Bella tenía una necesidad de Jacob, que le hacía bien, peor no entiendo de cuando todo se volvió tan… horrible.
Era verdad, lo era. Y de pronto sentí toda la culpa, no quería más, no quería mas de esto, no quería más que siguiéramos con dramas, y todo por mi culpa.
Me paré de pronto y miré a Edward, de pronto me sentí con la necesidad de arreglar todo esto.
-Tranquilo, estas cosas ya no van a seguir pasando.
Jacob nos sorprendió a ambos, un poco herido, pero nada que no pudiera sanar. Se acercó a ustedes en su forma humana y ayudó a levantarse a Edward.
Los dos lo quedamos mirando, y vimos como de a poco el cielo de Los Ángeles se iba tornando anaranjado.
-Jacob, ¿qué pasará ahora?
Edward todavía parecía lamentarse por lo bajo, por lo que no movió su cabeza hacia nosotros para ver como nos compenetrábamos con la mirada.
Jacob se acercó a mi, y con sus tibias manos, me acarició la cara.
-Ya no pasará nada más –susurró Jacob- No sé, ____(tn), no creo que esto sea para ti, mírate por favor, mírate.
Cuando musitó esas palabras, supe enseguida a qué se refería. Me miré, y vi las rasgaduras en la ropa, y un poco de sangre en los pantalones. De pronto todos esos dolores se fueron haciendo presente poco a poco. De a poco fui desviando mi mirada hasta por fin encontrarme con los ojos de Jacob.
-No puedo asegurarte que esto no vuelva a pasar, y no puedo perdonarme que… -su voz fue cada vez mas dura y mas golpeada-. No me puedo perdonar que te esté pasando esto. Debes encontrarte a alguien que te ame de verdad, que sea normal, tu no estás para esto, de verdad que no lo estás.
Se volteó, pero antes de que me diera la espalda por completo, le tomé del brazo. No podía creer que me estuviera haciendo esto.
-¿De verdad crees que esto es lo mejor? ¡Si es así te digo que no, no es lo mejor! Estuve casi un año sin ti y no me lo puedo permitir, ya no Jacob. No sabes lo que sufrí ¡No lo sabes!... –los ojos se me llenaron de lágrimas con lo último que dije -. No quiero estar sin ti de nuevo, no lo deseo, no lo quiero, no podría… no podría.
Jacob me miró y también se le llenaron los ojos de lágrimas, miro hacia abajo, hacia el suelo, y se volvió a mi. Con una lágrima cayendo por su cara dijo finalmente:
-No puedo puedo hacerte feliz, y es lo que mas me duele. Perdón ____(tn) por hacerte… todo este daño, perdón por meterme en tu vida y ser tan egoísta de no aceptar… que tienes una vida normal, y que la empeoré, no puedo ser tan egoísta de verdad no puedo. Perdón por hacerte daño, perdóname.
Poco a poco fui perdiendo el aire, se me nublo un poco la viste, y caí al suelo. Me sostuve del suelo mientras escuchaba algunas palabras sueltas de Edward:
-Creo que habrá que llevarla a su casa…
No escuché más. No ví más. Y lo peor de todo, ya no sentí más calor. Creo que debía aceptar de que Jacob no volvería más.
***
Desperté en mi casa, en la noche, tipo 2 de la mañana, no escuchaba ni un ruido, y había un frío peculiar, ah, la ventana estaba abierta. La cerré y me volví a acostar. Vi en mi mesita que está al lado de mi cama una tarjeta, estaba doblada, y parecía tener más de una página. No quise leerlo, no quería ni moverla, tenía miedo de lo que dijera, porque ya sabía de quien era. Me acomodé en mi cama y me quedé mirando el techo.
¿Era este el fin de esta relación? Nos habíamos visto apenas hace dos días y ya se había marchado para no volver, ¿era esto posible? Todo lo que habíamos pasado, ¿ya no servía? Ya parecía que no. Me quedé despierta hasta que el cielo se había puesto claro, hasta cuando sonó mi alarma. Sabía que no había vuelta atrás, y tal parecía que ya no serían las cosas iguales, todo mi mundo de fantasía se había desplomado, ya nada servía. Me di ánimos, era lo único que quedaba. Lo único que quería era seguir adelante, ya no quería sufrir ya no quería llorar, y si era posible que esto fue simplemente una vivencia, solo una experiencia, un recuerdo, no me importaba, porque había aprendido a amar a esa persona, que todavía amaba, que todavía amo. Lo único malo de esto, es que no llegaría nunca a amar a alguien como a él, todo lo que me dijo, todo lo que me prometió, la eternidad, ¿y eso? ¿Dónde había quedado? No importaba ya, ya no importaba. Tomé con miedo la carta, la abrí lentamente y leí de a poco, cada palabra con la mayor atención posible:
“_____(tn), perdón, pero creo que ya no hay nada más que hacer. Hice lo que pude por mantenerte a salvo, por cuidarte, porque protegerte de todo a toda costa, y de sobre todo que seas feliz y mantengas tu vida normal. Creo que no cumplí con ningunos de mis objetivos y la verdad es que ya no quiero hacerte mas daño, sé que todo lo que te dije es comprometedor, de que te dije de que eras a la persona que amo, y no lo olvides, sigue siendo verdad, pero no deseo exponer tu felicidad, tu salud, tu vida, por esto, por mi. Creo que es mejor que no nos veamos, no más. Por favor sigue con tu vida, sal con tus amigas, disfruta a tu familia, tal vez ten otro novio, no es necesario que pienses en mi por favor, no lo quiero para ti. Te lo repito de nuevo, te necesito, eres todo para mi, pero esto no puede seguir pasando. No puedo hacerte más mal. No me lo permitiría, de verdad que no. Solo deseo que en lo que sigue de tu vida, sea tranquila y feliz. Perdona a este lobo por entrometerse en tu vida, en tu tranquilidad y en aletararla. Perdóname por cada cosa que he provocado, perdón por todo. Te ama, Jacob. Eternamente.”
Lentamente se me salieron las lágrimas de mis ojos, solo pensaba en Jacob, y en que nunca más podré verlo en mi vida.